Algunas veces, en casa hay cosas que hacer, y otras no. Hoy era un día en los que no había nada que hacer, y me he entretenido a navegar por la red, y en particular por facebook
El problema ha venido a la hora de comer, no había nada preparado!
Esta excusa es también válida cuando quieres comer una pizza, y el tiempo que tienes para prepararla es poco.
Yo tenía en casa estas cosas:
- Unas bases de pizza margherita Tarradellas, (como italiana son las mejores que he encontrado en España para hacer pizza cuando no tengo bases italianas o no tengo tiempo para hacerlas en casa.
- Atún en aceite
- Olivas rellenas o sin hueso
- Media cebolla grande
- Unos tomatitos cherry
Las bases de la Tarradellas suelen tener una caducidad media, por lo que si no sabemos al comprarlas cuando las vamos a consumir, podemos congelarlas.
Bueno, pues ahora viene lo bonito, preparar una comida en no más de 20 minutos y que parezca que hemos trabajado toda la mañana o tarde según convenga.
Si tenemos las bases congeladas las sacamos del congelador, si no, pueden esperar.
- Encendemos el horno a plena potencia sin ventilación.
- Cortamos las cebollas y las olivas en trocitos pequeños.
- Escurrimos el atún para que no tenga aceite, o se quede con el mínimo, y lo añadimos a los trocitos de cebolla y olivas.
- Si tenemos los tomates, también los cortamos a trocitos pequeños.
- Ponemos las bases de pizza en bandejas antiaderentes, y las cubrimos del centro hacia afuera con los ingredientes que tenemos ya cortaditos.
- Procurad dejar un dedo de la base en el esterior sin recubrir para que crezca sin problemas.
- Mientras hemos realizado estas operaciones, el horno ya estará a punto para recibir la pizza.
La ponemos en la parrilla durante 10 minutos.
Ya está! Ahora tocará comer una pizza sana y económica hecha en casa, y lo mejor: en el mismo tiempo que tardamos en pedirla al pizza rápida de nuestra ciudad.
Yo he disfrutado comiendo y contándoos esta receta fácil y sencilla!