Esta receta es de lo más sencilla para cualquier persona, por muy torpe que sea con los fogones o por poca experiencia que tenga en la cocina. Ultimamente yo la hago con frecuencia, porque es una alternativa sencilla y económica, y ¿por qué no decirlo? Porque me encanta el saborcillo que deja el vino blanco cuando te introduces los trozos de salchicha en la boca 🙂
Vamos allá 😉
- Comensales:
- 2 personas
- Dificultad:
- Fácil
- Tiempo:
- 20 minutos
INGREDIENTES
- Un paquete de salchichas (yo suelo comprar una bandeja del Mercadona que vienen unas 9 salchichas, de pueblo y sin tripa, que engordan menos y están buenísimas.
- Vino blanco (yo uso uno normal, de tetrabrik, sin marcas especiales ni nada).
PREPARACIÓN
- Vertemos el vino blanco en una sartén amplia, y calculamos que esté bien cubierto el fondo, como 2 dedos de grosor, para que el vino cubra bien las salchichas, si no por entero, sí en un 80 %. Dependiendo del fondo de la sartén, pero en una más o menos normal, yo calculo que el vino tiene que alcanzar la mitad de la altura de la sartén.
- Ponemos a calentar la sartén, hasta que el vino alcance el punto de cocción (lo reconoceremos al oído en cuanto comiencen a sonar las burbujitas) y entonces vamos colocando las salchichas en la sartén, bien extendidas y con cuidado de que no se monten unas sobre otras.
- Bajamos el fuego a la mitad, para que siga cociendo pero más lentamente. Se trata de cocer las salchichas despacio, y que se vayan empapando del vino, procurando que este no se evapore. Si pusiéramos un fuego muy alto, el vino se consumiría demasiado rápido y no daría tiempo a que se cocinaran las salchichas.
- Ayudándonos con una cuchara o pala de madera, vamos moviendo con cuidado las salchichas, procurando ir dándoles la vuelta para que se cocinen igual por todas partes y se empapen bien del vino. Siempre controlando que el fuego esté a potencia medio/baja, y que el vino no se nos consuma demasiado rápido.
- Cuando notemos que el vino se ha consumido en casi su totalidad y que las salchichas ya están cocinadas (lo notaremos pinchándolas ligeramente con un tenedor, para ver si están más duritas), entonces podemos apagar el fuego y dejar que se sigan ahciendo con el calor residual y los restos de vino. YO calculo que en total, las suelo tener alrededor de 20 minutos, porque me gusta hacerlas lentamente.
Si os gusta que las salchichas queden con un poquito de salsa, entonces podéis retirarlas enseguida. Y si no, pueden seguirse cocinando lentamente. Esto es opcional y al gusto de cada cual.
Es un plato sencillo, saludable, y que no necesita sal ni otros condimentos, pues el propio vino ya proporciona sabor a las salchichas. Y para los preocupados por el peso y las calorías, esta forma de cocinarlas no contiene más grasas que las de las propias salchichas.
Nota: Esta misma receta se podría elaborar con otras bebidas, como sidra, o vino tinto.
¡Probad y contadnos!
6 respuestas a Salchichas al vino blanco